domingo, 1 de julio de 2012

Soon


Una tarde a la salida del colegio, cuando estaba en sexto de bachillerato, compré mi primer Disco Express. Era un periódico semanal dedicado a la música enrollada y underground. Creo que costaba 15 pesetas de 1974/5, unos 9 céntimos de euro. Una publicación con un lenguaje nuevo y fresco, aunque a veces con opiniones excesivamente subjetivas. Allí salían aquellos artistas con aquellos pelos y aquellas vestimentas que escandalizaban a nuestras madres y que, curiosamente, con el paso de los años un número importante de ellos se convertirían en algo tan establecido y arraigado dentro de la sociedad que ya forman parte de su adn. Eric Clapton, Rolling Stones, Pink Floyd, David Bowie, Bob Marley, Bruce Springsteen, Elton John, Deep Purple..., Si no has escuchado alguna vez la secuencia inicial de “Smoke on the water”, ¿Dónde has estado metido en los últimos 40 años?. Muchos de ellos aparecen en las fiestas de la Reina de Inglaterra o se hacen fotos con el Presidente de los Estados Unidos. Si Obama pudiera resucitar a Sam Cooke lo haría para hacerse una foto con él y para cantar el “Wonderful world”. Humm, esto me ha quedado igual que un trozo de la letra de Respectable de los Stones.
Aquella tarde en clase estaba inquieto. Había decidido que quería tener un periódico de aquellos y que me lo iba a aprender de memoria, mejor que la tabla periódica de elementos. Con ganas de salir para acercarme a la estación del tren en Barakaldo, donde estudiaba. La tarde se hacía eterna. La recompensa llegó al ver la portada del periódico. Dada la experiencia que tengo ahora con las publicaciones, siempre pienso que si la portada me gusta,  lo que viene dentro me va a encantar. Así pasó aquel día: la portada era para YES.





Ya había escuchado a YES con anterioridad, tenía una cassette grabada con un disco llamado Yes Album. Nosotros creíamos que era su primer disco grande, pero era el tercero. Eso era lo que pasaba en este país, te enterabas de muy poquitas cosas de las que pasaban fuera. Y luego estaba la censura, que se cargaba discos, portadas y canciones. Esto de la tijera para otro día. En aquella portada se anunciaba el nuevo disco llamado Relayer. Esa semana me compré el álbum.





Estrenar un vinilo nuevo era como una ceremonia iniciática. Llegabas a casa agitado por la prisa de escuchar y descubrir nuevas músicas. Todo comenzaba cuando sacabas el disco envuelto en plástico de su pack de cartón. Ese momento mágico de oler el vinilo te daba poder sobre él. Eres mío y eres puro. Nunca vas a oler a tabaco. Nunca pondré los dedos sobre ninguna de tus dos caras. No te prestaré, ni derramaré gintonic sobre ti. Era el mantra que tras algún que otro disgusto en guateques y similares marcaron alguna de mis primeras compras. En aquella época no sabíamos que era eso de vinilos de 180 gramos. Las ediciones españolas de los discos enrollados estaban hechas de vinilo reciclado de muy poco gramaje. La leyenda era que solían estar hechos con el material que retiraban de las ediciones de Julio Iglesias y de otros cantantes melódicos.
Cuando Relayer llegó a casa, no sabía si sacar el disco o colgarlo en la pared. La portada de Roger Dean era fantástica en el estricto significado de la palabra. Unos caballeros cabalgan entre castillos imposibles y unas serpientes dan la sensación de que van a salirse de la ilustración. ¡Vaya! el primer tema dura más de 20 minutos y se titula “Las Puertas del Delirio”. Interesante, todo un desafío. “Si esto lo llevo a una fiesta, seguro que me matan”. Cuando la aguja empezó acariciar los surcos, una montaña de sensaciones cayeron sobre mí. Aquello parecía una batalla. Sonidos nuevos y áridos se colaban por mis tímpanos hasta llegar a un clímax tras catorce minutos sin tregua. Después la calma, la ingravidez, la inmaterialidad. Llegaba la parte final, los restos de la batalla: “Soon”, pronto en castellano.
“Pronto la luz pasará dentro y apaciguará la noche sin fin. Y te esperaré. Nuestra razón es estar aquí.
Pronto el tiempo nos moverá a todos para que llegue la calma. Nuestro corazón está abierto. Nuestra razón es estar aquí...”
Es la traducción aproximada del arranque de la letra. Una canción que podía ser el himno de la humanidad me dejó levitando mientras la aguja llegaba al final de los surcos rasgando el vinilo en un bucle sin fin. Quería volver a escucharlo mil veces, pero estaba fundido en el suelo entre los bafles de estéreo.





Cuando las malas noticias llegaron en 2011, mi afán de tenerlo todo controlado empezó a organizar las cosas. Unos momentos de reflexión y un listado de acciones. Nunca pensé que el final estaría tan cerca. Una enfermedad incurable, quimioterapia, linfoma, leucemia, esperanza de vida..., palabras agolpadas en mi cabeza. Los árboles no me dejan ver el bosque y yo no me doy cuenta. El punto más importante era lo que concernía a mi despedida. No soy creyente. Así que, quería una sencilla celebración de homenaje, en la que se leyeran unas palabras que yo escribiría agradeciendo a la vida haberme regalado a los presentes. Que quien se quisiera expresar lo pudiera hacer con total libertad. Y que al final sonara “Soon”.
Cuando estás en ese punto de no retorno sicológico, todo te da igual. No razonas, no te escuchas. Y empieza la verdadera batalla. Te auto-destruyes o generas un ser nuevo. Eso me llevó unos meses. Las primeras acciones fueron negar el tratamiento y huir hacia adelante. Pensar en que los médicos no tienen ni idea, en que tengo una enfermedad rara y que no va a tener cura. Los médicos me están presionando para hacer ensayos conmigo. Si me someto a un tratamiento de quimioterapia las defensas bajarán a cero y estaré hospitalizado de por vida. Pensar y repensar, así todos los días. El número de posibilidades negativas iba creciendo exponencialmente aunque no lo exteriorizara. El infierno se iba extendiendo como un incendio en verano. No podía vivir así. Mi vida creativa y llena de música se estaba convirtiendo en una pesadilla. Hasta que un día me llegó un email de una persona a la que todavía no conozco personalmente. Me dijo que era joven todavía para soportar un tratamiento de este tipo y que no había otra opción. Esta persona es hematólogo y yo le había enviado un informe. Me escribía con la cercanía de amigo pero con el respeto de profesional. Entonces mi muro berlinés y mi resistencia numantina se esfumaron como anillos de humo. Se encendió el interruptor de estado de ánimo positivo. Y en ese momento ya estaba preparado para todo. Se había empezado a generar un ser nuevo. ¿Cuándo empezamos a sacudir al MONO? 
Sólo quedan 37 horas...
Han pasado 37 años. Todavía tengo aquel Disco Espress y conservo con cariño aquel vinilo de YES. Después me regalaron el póster con aquella portada que a mi madre tanto horrorizaba. Conseguí el álbum con las partituras. Luego llegaron los cds en todas sus versiones. Sólo me falta el single de “Soon” en vinilo. Supongo que algún día lo encontraré en una feria del disco. Con el paso del tiempo, te vas enterando de que la letra de la suite “The gates of delirium” esta basada en “Guerra y paz”. Y el primer verso dice: “Detenerse y pelear es lo que valoramos”. En alguna parte he leído que la parte de “Soon” está basada en el Pentateuco.
YES todavía sigue activo y haciendo giras. Ya son muy mayores. De vez en cuando tocan “The Gates of Delirium” con “Soon” incluida. Con Steve Howe, que parece recién sacado de una residencia de ancianos, tocando ese Lap Steel con tanto eco. Alguna vez mis allegados la escucharán en el día de mi homenaje, cuando yo no esté. Pero parece que ese día ya no está tan cerca. Seguiré escuchando la canción con agrado y pensando en aquel chaval que salía del colegio y volvía a casa en tren soñando con música.


8 comentarios:

  1. Como todavía no domino esto del Blogger, os comunico que los textos tienen enlaces a sitios que complementan la información de lo que estoy contando. Escondidos como auténticos Easter Eggs (Huevos de Pascua), si pasáis el cursor por los textos os irán saliendo esos enlaces.

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  2. Tío, este blog tuyo es cojonudo!! Cojonudo en todos los sentidos de la palabra!! Qué grande!! No tengo palabras. De momento. Estoy seguro de que algo se me irá ocurriendo. Ni se te ocurra dejar de escribirlo!! Un abrazo grande!!

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  3. Gracias Luis por compartir tus vivencias y abrirnos tu corazón. Me ha emocionado mucho leer tus artículos llenos de sentimiento, sensibilidad, ganas de vivir y mucho más para lo que no encuentro palabras. ¿Sabes que tienes muy buenas cualidades para escribir? A lo mejor en esta estapa de tu vida descubres otra fase artística. ¡Ánimo! Ya te quedan menos horas para "saudir al Mono" y mucha vida por delante para que nos sigas deleitando con tus gustos musicales. Aunque soy poco aficionada a la música y no entiendo demasiado, me han gustado mucho los vídeos que has puesto. Puede que hasta me aficione. Nunca es tarde. ¡Un beso muy fuerte y hasta pronto!

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    1. Hola Julia: Aficiónate, merece la pena. El arte llena la condición humana de vida. Y la música es un arte instantáneo. Como el Colacao. Te genera tantas sensaciones mágicas que perduran mucho en el tiempo...
      Cuando me planteé escribir estos trozo de vida, pensé en cómo era antes. Cómo me enfrentaba a las cosas y qué valores había dentro de mi cabeza. Me di cuenta de que ahora estaba encima de otro escenario y las palabras eran como las notas musicales. Si no ordenas bien esas notas te sale una melodía confusa. Aquí es parecido, para contar las cosas tienes que ordenar bien lo que vas a decir y no dejar nada fuera. No hay más secretos, respirar hondo y no quedarte nada. Siempre nos estamos escondiendo por nuestros miedos y prejuicios y, por eso, los que están al otro lado de las teclas no entienden nada.

      Estos comentarios que hacéis son como los puntos extra que necesita lo que escribo y describo. No dejéis de comentar. Un beso.

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  4. Acabo de llegar de El Pueblo, encuentro tu aviso y presto me vengo a ver qué te cueces. Sí señor, como los cocidos que te montas cuando pillas un puñao de notas en el "palo" ese del que sabes que tanto me gusta lo que te sale... qué te voy a decir yo que tu no sepas ya, amigo. Puestos a recordar, como mayorcitos que somos ya, o como diría el otro y que mejor suena, con tanta juventud acumulanda, me viene a la memoria aquella frase oída al abuelo y que soltaba cuando veía al nieto en cualquier momento álgido de la vida, aquella que venía de aquella barraca de feria y que recordarás...¡LEÑA AL MONO!

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  5. hace tiempo mucho tiempo me presentaron a un tipo que sabia lo que a mi me cambiaria la forma de entender la musica de explorar nuevos sonidos y tener la mente abierta en la musica electronica a partir de ese momento lo bautizé como mi maestro y hoy es el dia que sigo aprendiendo de sus palabras y hechos de una u otra manera,mis respetos a una gran persona como es Luis mi maestro particular.

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  6. Eh, Luis, gracias por el blog. Sólo he leído las dos primeras entradas, eso sí, abriendo todos sus enlaces.¡Qué gusto el aprender! Y buf, ¡qué gusto hacerlo escuchando esta música! Ahora, en el minuto ya 19 de "The gates of delirium" te puedo imaginar entre tus bafles, viendo ochos en el techo, como describo yo ese delirio mágico de la música. Me voy a la cama contenta, se ha acabado la canción y me he quedado con un sutil y delicioso mareo. Aprender y sentir, sentir y aprender, maravilloso. :)

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